No sigas tu pasión: La especialización te la da el mercado
Descubre cómo alinear tus habilidades con las demandas del mercado te lleva a una carrera plena y con propósito.
Pablo Arteaga
9/8/20244 min read


Hace unos años, cuando estaba a punto de asumir la dirección del área de tecnología en un despacho de abogados, un amigo y mentor me dijo algo que, en ese momento, no terminaba de comprender del todo: "Tu especialización te la da el mercado". Esa frase quedó resonando en mi cabeza, pero con el tiempo entendí su verdadero significado. Hoy, trabajando con pasión, dedicación y una profunda sensación de plenitud en el área de tecnología aplicada al sector financiero (fintech) y la protección de datos personales, esa lección se ha convertido en una realidad.
Durante mucho tiempo, solemos pensar que encontrar nuestra vocación o especialización profesional es un proceso que empieza desde el interior, con la búsqueda de una pasión preexistente. Sin embargo, lo que he aprendido es que la verdadera especialización no solo surge de lo que amamos o en lo que somos buenos, sino también de lo que el mundo realmente necesita. Y es aquí donde el concepto de ikigai, esa intersección entre lo que amas, lo que eres bueno haciendo, lo que el mundo necesita y por lo que te pueden pagar, ofrece un marco invaluable para construir una carrera profesional plena.
¿Qué necesita el mundo?
El mercado laboral es el escenario donde se pone a prueba nuestra verdadera especialización. A menudo, nos dicen que sigamos nuestra pasión como si fuera un destino fijo, pero en realidad, lo que el mercado necesita es lo que determina hacia dónde debemos dirigir nuestros esfuerzos. El concepto de ikigai nos invita a hacer preguntas que van más allá de nosotros mismos: no solo qué amamos o en qué somos buenos, sino también qué es lo que el mundo necesita y cómo podemos alinear nuestras capacidades con esas demandas.
Mi propio recorrido me ha enseñado que la especialización no es una elección aislada. Por supuesto, nuestras habilidades y formación son esenciales, pero es el mercado el que nos indica qué caminos seguir. Así fue como descubrí el apasionante mundo de las estrategias para aprovechar datos regulados en el sector financiero, un área que en su momento estaba ligada a proyectos de ley y regulaciones emergentes en torno a la protección de datos personales. Actualmente, dirijo una consultora especializada en protección de datos personales, con un enfoque en el sector financiero, y manejo una cartera de clientes, dentro de un despacho boutique, que incluye empresas de fintech y asuntos relacionados con cobranzas. Esta combinación me ha permitido viajar por toda Latinoamérica, mientras opero mi empresa desde Ecuador, lo que ha ampliado mis perspectivas y transformado mi visión del mundo.
Construyendo tu especialización a través de habilidades valiosas
Cal Newport, en su libro So Good They Can’t Ignore You, argumenta que no debemos seguir nuestra pasión a ciegas, sino construirla a través del desarrollo de habilidades raras y valiosas. La pasión, según Newport, no es el punto de partida, sino el resultado de invertir tiempo y esfuerzo en algo que el mercado valora. Este enfoque se alinea perfectamente con la noción de ikigai: la satisfacción profesional proviene de ser competente en lo que haces, de responder a una necesidad social, y eventualmente, de disfrutar el proceso.
Pero el mercado es dinámico. Lo que hoy es necesario, mañana puede no serlo. Por eso, como profesionales, debemos estar en una constante evolución, adaptándonos a las nuevas necesidades que emergen en nuestro entorno. Esto implica estar siempre en una búsqueda activa de oportunidades de aprendizaje y tener la disposición para reinventarnos según lo que el mercado demande. En mi caso, la creciente demanda por la protección de datos en el sector financiero, junto con una ética de trabajo sólida, me permitió abrirme camino en este campo y convertirlo en mi especialización.
Contribuir y crear valor
Uno de los pilares del ikigai es hacer algo que no solo nos beneficie, sino que contribuya al mundo. El trabajo es mucho más satisfactorio cuando lo que hacemos tiene un impacto positivo, no solo en términos económicos, sino también en la vida de las personas. Esto nos lleva a la reflexión de que una carrera plena no debe centrarse únicamente en la satisfacción personal, sino en cómo nuestras habilidades y conocimientos pueden hacer la diferencia en el mundo que nos rodea. En mi experiencia, formar una comunidad digital, PDP LATAM, que ahora reúne a más de 900 personas interesadas en la protección de datos personales en toda Latinoamérica, ha sido una de las mayores satisfacciones. La creación de este espacio de intercambio y aprendizaje ha potenciado no solo mi carrera, sino también la de cientos de profesionales en la región.
La combinación de competencia, demanda y contribución es lo que crea el escenario ideal para una especialización. Esta deja de ser simplemente una decisión profesional y se convierte en una misión, un propósito que nos impulsa a seguir perfeccionándonos y ofrecer lo mejor de nosotros mismos.
La verdadera especialización
Hoy puedo decir que, efectivamente, mi especialización no solo fue resultado de lo que creía amar o de lo que inicialmente era bueno haciendo. Fue el resultado de escuchar al mercado, de mirar a mi alrededor, identificar las necesidades y desarrollar habilidades valiosas para satisfacerlas. Y al hacerlo, no solo he construido una carrera profesional exitosa, sino que también he encontrado ese propósito vital que el ikigai tanto valora: ser bueno en algo que amas y que el mundo realmente necesita.
Este es el verdadero desafío, y también la mayor satisfacción de cualquier profesional que busque algo más que una simple carrera: construir una especialización que no solo te haga crecer, sino que también contribuya a hacer del mundo un lugar mejor.